Cuando se aborda la rehabilitación de edificios antiguos con el objetivo de mejorar su eficiencia energética y habitabilidad, la elección entre el Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) y la fachada ventilada se convierte en un factor crucial. Ambos sistemas presentan ventajas y consideraciones específicas que deben evaluarse cuidadosamente en el contexto de la restauración de estructuras más antiguas.
En la rehabilitación de edificios históricos, preservar la apariencia original y el patrimonio arquitectónico es de suma importancia. El SATE ofrece una ventaja significativa en este aspecto, ya que su instalación se realiza directamente sobre la superficie existente, lo que minimiza la alteración de la fachada original. Además, las fijaciones homologadas específicas para SATE ayudan a evitar puentes térmicos sin alterar drásticamente la estética del edificio.
Por otro lado, la fachada ventilada puede ser más complicada de implementar en la rehabilitación de edificios antiguos. Requiere la construcción de una nueva subestructura y puede implicar cambios más notables en la apariencia exterior debido a la incorporación de paneles exteriores. Esto puede ser un factor determinante en la elección, especialmente cuando se trata de edificios históricos con restricciones de conservación del patrimonio.
En términos de eficiencia energética, ambas opciones pueden mejorar significativamente el rendimiento térmico de los edificios antiguos. Sin embargo, la elección final dependerá de una evaluación detallada que tenga en cuenta factores como la estética, la preservación del patrimonio, la inversión económica y la velocidad de ejecución de la obra. En última instancia, tanto el SATE como la fachada ventilada ofrecen soluciones viables para la rehabilitación de edificios antiguos en busca de mejoras en el aislamiento térmico y la eficiencia energética.